sábado, 27 de mayo de 2017

La soberbia de Susana Díaz

“La soberbia es un pecado capital en política. Acaso el más importante. Porque, como sabía San Agustín, “la soberbia no es grandeza sino hinchazón, y lo que está hinchado parece grande pero no está sano”. Lo sabía San Agustín, pero lo desconocía por completo Susana Díaz, por eso su derrota humillante de las primarias del PSOE, en la que el detalle final de los miles de avales falsos que obtuvo, de quienes confiaban en Pedro Sánchez y temían la ira de Susana Díaz, solo es una metáfora precisa de la hinchazón que la hacía parecer grande, creerse grande, sin que nada de ello fuera real ni sano.”
Párrafo de un artículo de Javier Caraballo en el Confidencial digital.


Y es cierto, como la soberbia hizo que Susana no felicitara públicamente a Pedro Sánchez la noche de las elecciones, ni dijo su nombre, se refirió como el candidato electo, pareciese que las palabras secretario general del PSOE precedido de Pedro Sánchez fuesen el conjuro de su desaparición en política.

“Nadie esta tan vacío como aquellos que están llenos de sí mismos” se podría decir de Susana y más cuando una corte de aduladores le susurraban de su grandeza y un aparato de partido le allanaba el camino.

Nunca una derrota ha sido tan amarga y una victoria tan dulce. “El renacido” vuelve pero que no se equivoque para ganar las elecciones necesita algo más que a los militantes, muchos más, muchísimos más y si no cambia su discurso le votaran los militantes que le han votado y unos cuantos más.
No se crean los susanistas que si hubiese ganado la secretaría en las elecciones generales hará lo mismo ¿Qué le puede ofrecer al resto del estado Susana? ¿Qué gestión puede vender al resto de españoles para que obtenga un apoyo masivo? ¿ la gestión en Andalucía? ¿de la salud? ¿del empleo? ¿de su industrialización? ¿ de su gestión en el sistema educativo? ¿de las infraestructuras?

Ya ha tenido su propia derrota y además infringida por los suyos.

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